Aula de Psicología

CÓMO COMUNICARME CON MI HIJO ADOLESCENTE

INTRODUCCIÓN

El tema de la adolescencia nos interesa a todos porque o lo hemos pasado o lo estamos sufriendo o tenemos recuerdos afortunadamente lejanos, pero lo que está claro es que, como padres, o nos ha tocado o nos tocará alguna crisis adolescente. Nosotros como adultos la hemos ya pasado, algunos hace mucho, pero ¿la recordamos todavía? ¿O se nos ha olvidado totalmente, hasta el punto de no comprender qué pasa con nuestros hijos adolescentes? ¿Creemos realmente que son totalmente diferentes a los adolescentes que fuimos nosotros, no nos damos cuenta de que pueden sentir igual, y que sólo han cambiado las circunstancias?

Empezaré leyendo una carta de una madre que creo es muy significativa, estoy segura de que muchos de ustedes se van a sentir muy identificados. Dice así:

Empiezo a pensar que esto no tiene solución. La conducta de mi hijo es incomprensible. Y lo triste es que siempre ha sido un niño feliz, pero ahora… Todo esto me hace sentirme muy mal, pienso que no he sabido educar bien a mi hijo, y ya no sé que hacer, lo he probado todo y creo que no tiene solución. Nos sentimos fracasados como padres y esto nos causa tristeza y desesperación. Nuestros hijos han sido siempre lo más importante, nuestra vida ha girado siempre en torno a ellos, les hemos dado de todo, hemos intentado hablar, pero es imposible, nos sentimos  incapaces de comprenderlo”.

Esto podría haberlo dicho cualquiera de los padres de un chico o chica de entre 13 y 18 o 19 años, porque también es verdad, que la adolescencia como tal, cada vez se alarga más y nuestros hijos pueden convertirse en los eternos adolescentes.

Pero esta crisis no sólo afecta a los propios hijos. La adolescencia está considerada como una de las etapas de mayor estrés para los padres. Los hijos atraviesan un momento difícil, en el que la rebeldía, el inconformismo, la crisis de identidad multiplican los conflictos. La preocupación de los padres por el futuro de sus hijos, su educación, la influencia de sus amigos, que no tomen alcohol, ni drogas, ni hagan mal uso del sexo,…se añade al propio conflicto generacional.

¿Es necesaria la crisis de adolescencia para un desarrollo normal? ¿Cuándo debemos alertarnos? ¿Es normal lo que le pasa a mi hijo?

DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA

La adolescencia es una época que sólo se recuerda feliz cuando se ha pasado y estamos en plena madurez, e incluso puede añorarse, simplemente porque la hemos olvidado… No hay que olvidar que etimológicamente adolescencia quiere decir crecer, desarrollarse pero también padecimiento, dolencia. Encontrarse a sí mismo de nuevo es la difícil tarea en la que está inmerso todo adolescente.

La adolescencia se define con una de mis frases favoritas, es de Jean Jacques Rousseau, el filósofo francés, que decía que “la adolescencia era como un parto; en el primero nace un niño y en el segundo, en éste, un hombre o una mujer”. Y yo añado que, como todo parto, conlleva sufrimiento por ambas partes, inseguridad y miedo, pero que todo resulta más fácil si tenemos más información, y podremos llegar con las técnicas adecuadas al “parto sin dolor”. Por eso, el hecho de conocer qué es lo normal y qué no lo es, establecer un diagnóstico precoz de cualquier anormalidad en dicho parto, puede sernos muy útil. El estar preparados, relajados para ese momento, informados, puede ser la clave de que ese paso difícil para todos, de la niñez a la edad adulta, sea lo menos traumático posible.

Por ello es imprescindible saber cuáles son las características normales de esta crisis de adolescente, que tiene unos síntomas comunes, como vamos a ver a continuación.

CAMBIOS FISIOLÓGICOS

Empezaremos hablando desde el punto de vista fisiológico. Hablamos de cambios físicos que el niño va a experimentar y para los que debemos ya haberles informado, para que no les coja desprevenidos. Cuando hablamos de la adolescencia desde el punto de vista exclusivamente físico, hablamos de pubertad. Se puede dividir en dos estadios:

  • Prepubertad: comienza con la aparición de los caracteres sexuales secundarios, como vello pubiano y en axilas, aumento de las mamas, etc.…
  • Pubertad propiamente dicha, que comienza en el chico con el cambio de voz y  la primera eyaculación, y en la chica con la primera regla o menarquia.

Los límites de edad entre los que nos manejamos, varían mucho, la media de aparición de la pubertad es de 13 años para la chica, y 14 para el chico. Como ven, en esto, como en la aparición del lenguaje, ganamos nuevamente las mujeres. Estos límites varían mucho y pueden considerarse como límites extremos de los10 a los 15 años la aparición de la menarquia en la chica, y entre los 11 y 17 para los chicos.

También aquí existen diferencias entre ambos sexos, a favor nuestro. En las chicas el proceso de madurez se completa mucho antes. Por eso ustedes notan esa increíble diferencia entre un chico y una chica de 15 años. Mientras que la primera ya nos está volviendo locos, el segundo es aún nuestro niño, sin problemas, como siempre.

Pero ¿cuánto dura la pubertad? La mala noticia es que este proceso dura hasta cinco años en algunos casos, y que, en la sociedad actual, el período de adolescencia y juventud, desde el punto de vista social, por las dificultades de trabajo y emancipación, se alarga de forma anormal hasta casi los 30 años, con la frustración que eso conlleva.

CAMBIOS PSICOLÓGICOS

Además de estos cambios fisiológicos, que son conocidos y aceptados por la mayoría de los padres por poca que sea su información, se producen otros cambios psicológicos, que son considerados como normales, pero que cogen desprevenidos a muchos padres, que consultan a profesionales porque su hijo no es el mismo de hace un año, y tienen miedo de que le suceda algo malo.

Los cambios son lo suficientemente importantes como para que los reconozcamos sin problemas:

  • Crisis de oposición, en cuanto a la necesidad que tienen de autoafirmarse, de formar un yo diferente al de sus padres, a los que han estado estrechamente unidos hasta ahora, con necesidad de autonomía, de independencia intelectual y emocional. Por eso nuestro niño, deja de ser nuestro, para ser de los demás, especialmente de los amigos.
  • Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras en las que parece carecer de sentimientos. Es por eso que un día nuestra hija nos sorprende con un abrazo y otro día rechaza cualquier muestra de cariño. Un día sin motivo aparente se despierta dando gruñidos, simplemente porque sus hormonas posiblemente le estén jugando una mala pasada.
  • Imaginación desbordada: Sueñan, y esto no es más que un mecanismo de defensa ante un mundo para el que no están preparados. Es un medio de transformar la realidad, pueden imaginar un porvenir como modelos, o futbolistas de élite, o campeones de surf, actores, etc.…Ellos pueden cambiar el mundo, hacerlo mejor.
  • Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo simplemente por las horas que le dedica al espejo. Le concede una importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un grano en la nariz, obsesionarse por la ropa, por estar gordos o delgados… quieren estar constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga nada que ver con la nuestra.
  • Crisis de originalidad:  que presenta dos aspectos:

a)  Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto, las excentricidades en el vestir, o en su forma de hablar o de pensar. Necesita ser distinto y especial.

b)  Social: aquí está la rebelión juvenil, rebelión en cuanto a los sistemas de valores de los adultos y las ideas recibidas. Achacan al adulto, sobre todo, su falta de comprensión y el hecho de que atenta contra su independencia. Hay una necesidad clara de participación, la uniformidad en lenguaje y en vestimenta de los adolescentes, no es más que la necesidad de afecto, de ser considerado, aprobado por el propio grupo y, a veces, lo viven de una forma obsesiva.

Veamos ahora qué sentimientos reales acompañan a estas manifestaciones, y que son consecuencia directa de la crisis que está atravesando:

  • Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos, que no siempre van parejos con su crecimiento emocional, puesto que la pubertad, es decir, la madurez física, siempre precede a la psíquica, con lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no corresponde a su mente y, por lo tanto, no se reconocen y desarrollan una fuerte falta de confianza en si mismos.
  • Sentimientos de angustia: puesto que existe una frustración continua. Por una parte, le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad, responsabilidad) y, por otra, se le trata como un niño, se le prohíbe vestir de una u otra forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc.…

Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que se manifiesta por:

a)     Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es un mecanismo habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a sus exigencias, la irritabilidad, las malas contestaciones, los portazos, las reacciones desmedidas en las peleas con los hermanos, etc, son claros ejemplos.

b)     Miedo al ridículo: que, como sabemos, se encuentra exageradamente presente. Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar un sitio con mucha gente, ir con ropa poco apropiada para el grupo,…y que puede tener manifestaciones físicas: taquicardia, trastornos gastrointestinales, etc.…

c)      Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen (quedarse en blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de rechazo cuando se le dan muestras de cariño, tanto en público como en privado…

d)     Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de melancolía y tristeza, que pueden alternar con estados de verdadera euforia.

Bien, estas características entran dentro de la normalidad de un chico o una chica adolescente pero, por supuesto, dentro de unos límites. La angustia, la depresión, la irritabilidad, el ir contra las normas,… puede volverse patológico cuando es exagerado, cuando vemos que el adolescente está sufriendo mucho y/o hace sufrir a los demás, cuando vemos que se altera toda su vida y que esos sentimientos le condicionan absolutamente, que de alguna forma le alejan en exceso de la realidad.

PSICOPATOLOGÍA DEL ADOLESCENTE

Estaríamos hablando de crisis complicadas, de patologías que, por su extensión, paso simplemente a enumerar y a realizar una pequeña descripción:

  • Patología de las conductas centradas en el cuerpo. Estaríamos hablando, en casos extremos, de anorexia y bulimia, alteraciones de las conductas alimentarias, obesidad etc… En otros casos más leves, conductas fóbicas con respecto a una parte del cuerpo, preocupación obsesiva sobre la silueta, sobre los caracteres sexuales, tamaño del pene, de los pechos, el acné, etc.
  • Inhibición intelectual: es decir, freno de sus capacidades intelectuales. Puede considerarse normal un bajón en las notas a partir de 2º de ESO y durante todo el Bachillerato. Siempre que sea algo momentáneo, no excesivamente preocupante, es considerado como normal, y los psicólogos lo hemos llamado “inflexión escolar”, que es superada sin problemas por el adolescente a medida que se va equilibrando. Sin embargo, existen casos en los que el cambio es brutal, el fracaso total, y existe un cambio radical en su rendimiento. En estos casos suele haber unas causas más profundas y que pueden indicar desde una depresión hasta un estado de ansiedad o angustia extremo.
  • Trastornos de ansiedad: estados de ansiedad, fobias escolares o sociales, ataques de pánico, que, a veces, y dado que la sintomatología es muy diferente, no se reconocen a primera vista.
  • Y, por supuesto, la famosa depresión. Las características diagnósticas son las siguientes:

–       Tristeza y desaliento. Llanto frecuente.

–       Aburrimiento. Apatía ante todo, ante el estudio y ante las cosas que antes le gustaban.

–       Cansancio. Sensación constante de fatiga psíquica y física.

–       Trastornos del sueño y del apetito. Pueden adelgazar o, por el contrario, comer continuamente, aunque en depresión es más frecuente lo primero.

–       Sentimientos de inferioridad. Baja autoestima, se sienten menos que los demás, creen que todos se dan cuenta de sus problemas y limitaciones.

–       Dificultad para mantener relaciones sociales. Empiezan a salir poco, hasta que se quedan todo el fin de semana en casa, habitualmente sin hacer nada.

En los adolescentes esta depresión puede no manifestarse como en un adulto, sino con equivalentes que enmascaran dicho trastorno.

Equivalentes depresivos en la adolescencia:
  1. Trastornos del comportamiento (desobediencia total, faltar a clase, fugas).
    1. Problemas escolares graves, habiéndose descartado problemas intelectuales, de aprendizaje o de mecánica de estudio.
    2. Tendencia a adicciones, drogas, alcohol.
    3. Conducta sexual anárquica.
    4. Delincuencia.
    5. Quejas psicosomáticas.
    6. Trastornos del apetito y del sueño.

Estamos, por supuesto, hablando de situaciones extremas, pero que se dan, que a veces no somos capaces de detectar a tiempo. Hablaríamos de crisis complicadas, que se salen de la norma.

EDUCAR AL ADOLESCENTE

Hablemos ahora de nosotros. De los padres. ¿Qué hacer ante un hijo adolescente? ¿Debo ser autoritario, amigo? ¿Debo consentir, prohibir?…

Los padres deberán formarse para afrontar esta etapa evolutiva. Deberán seguir las pautas de educación adecuadas para controlar y evitar el conflicto. Es importante que lean mucho sobre adolescencia. Al final se dará una bibliografía sobre el tema. Piense en su adolescencia. Espere cambios de humor en el hijo que normalmente es muy alegre y prepárese para más conflictos en el futuro que surgirán a medida que su hijo encuentre su lugar como persona. Los padres que saben lo que les espera pueden enfrentarse mejor a ello. Y cuanto más informados estén los padres, menor será el dolor.

Es muy difícil conseguir en estos años una buena relación. Yo diría que es utópico, pero siempre podremos paliar un poco las consecuencias de la crisis en nuestra comunicación con ellos.

Es evidente que con unos padres autoritarios, que toman ellos las decisiones unilateralmente, los hijos serán incapaces de hacer nada porque siempre tendrán miedo. Y, si la rigidez ha sido mucha, lo más probable es que la crisis de oposición del chico o la chica sea mucho más grave. No olvidemos que el temor y el miedo nunca han sido formativos. Debemos enriquecer su personalidad, no anularla.

Aquellos que son superprotectores tampoco favorecen a los adolescentes, que serán chicos tímidos, inseguros, incapaces de tomar decisiones, con un exceso de control paterno-afectivo, que no es más que una forma de chantaje emocional.  “¿te vas a ir? ¿Me dejas sola? Yo que siempre me sacrifiqué”….

El otro tipo de padres, permisivos o igualitarios, hacen que casi no se distinga quién es quién. En realidad suelen ser padres inmaduros, que no asumen la responsabilidad de la educación, son despreocupados, negligentes, o con pocos recursos educativos. Padres que, por comodidad o por temor a ser impopulares ante sus hijos, mantienen actitudes de concesión constante. Ceden ante cualquier petición de los hijos. Esto es, sin duda, muy perjudicial, pues los niños crecerán sin patrones adecuados de conducta, no podrán identificarse con un modelo paterno, puesto que son colegas, y no podrán enfrentarse al mundo con la responsabilidad y la formación adecuadas porque sus padres no la han tenido.

¿Cuál sería, pues, el tipo de padres que pueden educar sanamente a sus hijos? ¿Qué postura es la adecuada para un buen desarrollo psicológico, emocional e intelectual del adolescente?

Padres moderadamente autoritarios:

  • No se debe mandar hoy una cosa y mañana otra, con contradicciones, porque, evidentemente, nos hará perder credibilidad.
  • Cuando se toma una decisión hay que mantenerla. Previamente hay que razonarla pero, una vez tomada, deberemos mantenerla aunque cueste trabajo o sacrificio.
  • No se puede exigir a los hijos lo que no somos capaces de hacer. Mantener una congruencia de vida, no podemos pedir orden si somos un desastre,…
  • Se debe mantener el control. No dejarse llevar siempre por la ira, el enfado, puesto que nos puede llevar a dar órdenes que luego tendremos que corregir.
  • Ser tolerantes con las pequeñas cosas (la ropa, el tatuaje, el pendiente…) y poder exigir en las fundamentales.
  • Mostrar interés por todas sus acciones. No exigir, dar órdenes y desaparecer de la escena, leer el periódico o marchar de casa, desentendiéndose del hijo.
  • Disponer de muchísima paciencia. No debemos olvidar que ellos tratarán de imponer sus criterios, aprovecharse de nuestras debilidades,…Debemos ser perseverantes, no resignarnos nunca, y cuando nos veamos desbordados pedir ayuda a un profesional que nos oriente.
  • Valorar todo lo bueno, lo responsable que sea, aunque sea mínimamente, pues así será estimulado, procurando ver también lo que ha hecho bien, aunque sea su deber (como estudiar o recoger su habitación), puesto que en esta crisis, esto al adolescente le supone un esfuerzo.
  • Forman hijos con confianza en sí mismos, con altos niveles de autoestima e independencia. Valoran la autonomía.
  • Refuerzan la conducta disciplinada. Saben decir no.
  • Dan los consejos adecuados, pero no imponiendo siempre su criterio.
  • Son padres, no amigos, pero no son inaccesibles.
  • Mantienen una COMUNICACIÓN AMPLIA y pueden detectar problemas.

NUESTRA PRINCIPAL HERRAMIENTA: LA COMUNICACIÓN

Muchas veces la causa de los conflictos familiares se encuentra en una comunicación deficiente. Los niños no nacen sabiendo cómo expresar sus pensamientos y sentimientos de forma apropiada. Hay que enseñarles a expresarse y a escuchar a los demás. A menudo, también los padres necesitan mejorar sus habilidades comunicativas.

Es obvio que la manera de comunicarse define las relaciones entre las personas. La comunicación es el hilo emotivo que nos une con los demás. Por eso, hablaremos hoy de las características de una comunicación adecuada entre padres e hijos adolescentes.

¿CÓMO NOS COMUNICAMOS?

La comunicación consta tanto de mensajes verbales como no verbales:

  • Los mensajes verbales: las palabras, lo que queremos decir, lo objetivo.
  • La comunicación no verbal: los gestos, el lenguaje corporal, cómo lo decimos. Transmite sentimientos y emociones, lo subjetivo. Su variedad es muy amplia y diversa:

–          la expresión facial

–          la mirada (directa, esquiva,…)

–          la postura corporal (la manera de sentarse, de permanecer de pie o de caminar)

–          los gestos de las manos

–          la proximidad o la distancia que se mantenga respecto de la persona con que se está hablando, la utilización del espacio personal, el contacto físico…

–          la orientación del cuerpo respecto del interlocutor (de frente, ladeado, de espaldas)

–          el tono de voz (tranquilo, agresivo, etc)

–          el ritmo, la velocidad del habla, las pausas

–          el mismo silencio…

El comportamiento no verbal resulta imposible de ocultar, no se puede evitar enviar mensajes a través de la cara o el cuerpo. Es imposible no comunicarse, especialmente en educación. Siempre comunicamos más de lo que pretendemos. “El cuerpo dice a menudo lo que las palabras no quieren o pueden decir”.

Pero la comunicación verbal y la no verbal no siempre van unidas. A veces decimos una cosa con palabras y, al mismo tiempo, otra distinta con gestos. Por ejemplo, el niño me quiere contar algo y le digo “te escucho”, dándole la espalda, continuando con lo que estoy haciendo y sin mirarle ala cara. O cuando estoy riñendo al niño porque está hablando mal de su hermano, pero sonrío ligeramente porque lo que ha dicho me ha parecido gracioso. O cuando le digo que no se preocupe con la voz rota por la emoción.

Este “doble mensaje” puede entorpecer mucho la comunicación, ya que crea en el otro perplejidad e incomprensión. Muchos estudios indican un mayor número de problemas en la comunicación y la dinámica familiar cuando existen discordancias entre los mensajes verbales y los no verbales, ya que puede dar lugar a ambigüedades y malentendidos.

Por eso es fundamental INTERPRETAR TODO EL MENSAJE, el verbal y el corporal:

  • Los mensajes se reciben por las dos vías del lenguaje: las palabras y el lenguaje del cuerpo. El 90% de la comunicación emocional es no verbal.
  • Debemos estar atentos al lenguaje corporal: las palabras hablan de hechos; los músculos, el tono de voz, mi cuerpo,…de sentimientos, de lo que sentimos acerca de esos hechos objetivos.
  • Cuando exista inconsistencia entre ambos tipos de mensaje, el mensaje que más impacta, el que se nos quedará grabado será el no verbal. “Más vale un gesto que mil palabras”.
  • Sólo nos comunicamos bien cuando el mensaje verbal coincide con el no verbal, cuando transmitimos lo mismo con lo que se dice y con lo que se hace.

ESTILOS DE COMUNICACIÓN

Todos nos comunicamos de una determinada manera, tenemos nuestra forma particular de comunicar.

Hay tres formas básicas de comunicación:

  1. Comunicación inhibida o pasiva
  2. Comunicación agresiva
  3. Comunicación asertiva

Comunicación inhibida o pasiva:

  • Son personas retraídas, tímidas, con baja autoestima, poco comunicativas.
  • No dicen nada cuando algo les molesta, evitan dar su opinión por miedo a lo que pueda pasar.
  • Cuando dicen algo, lo hacen de manera indirecta, mediante un rodeo inseguro, por miedo a molestar a los demás o a sentirse ridículos.
  • No defienden sus derechos, dejan que se aprovechen de ellos, ceden a los deseos de los demás y se dejan manipular.
  • Se sienten frustrados e insatisfechos consigo mismos. Sienten que no tienen el control, pierden oportunidades por no decir lo que quieren, nunca consiguen hacer lo que realmente quieren, dejan a los demás elegir por ellos.
  • Conducta no verbal: Cara poco expresiva. Parece triste o asustado. Poco contacto ocular o mirada esquiva. Postura cerrada o hundida (hombros encogidos, cabeza hacia abajo). Movimientos rígidos e inquietos, se retuerce las manos. Voz baja, con constantes silencios. Tendencia a alejarse del interlocutor.
  • Conducta verbal: Tono vacilante (quizás…, supongo…, bueno, tal vez,…no te molestes…, no, si en realidad no es importante…tienes razón…), volumen de voz baja, habla poco fluida, constantes silencios, parásitos verbales (ejem…, eh…esto…).

Comunicación agresiva:

  • Son demasiado espontáneos, hablan sin pensar y pueden resultar bruscos o agresivos.
  • Son personas con un enfado casi constante, están a la defensiva.
  • Se relacionan con los demás para conseguir lo que desean, no se preocupan por los derechos ajenos.
  • Mandan e intimidan a los demás. Critican, humillan, utilizan el sarcasmo o el insulto.
  • Siempre quieren tener la razón y siempre quieren tomar ellos las decisiones.
  • Conducta no verbal: Expresión enfadada, ceño fruncido, mirada fija y desafiante, muy erguido, hombros y cabeza hacia atrás, tensión corporal, movimientos y gestos exagerados o amenazantes, invade nuestro espacio.
  • Conducta verbal: Volumen de voz elevado, habla deprisa, sin escuchar, interrumpe a los demás, impone y amenaza (yo quiero…, tienes que…, harías mejor en…ten cuidado si no lo haces…no tolero que…).

Comunicación asertiva:

  • Se comunica bien con los demás, sabe expresar de forma directa y adecuada sus sentimientos, sus deseos y sus opiniones, sin imponer, ofender o perjudicar a la otra persona.
  • Es considerado, respeta los derechos del otro y tiene en cuenta su forma de sentir y de pensar.
  • Es socialmente alegre, expresivo, cooperativo y participativo.
  • Está seguro de sí mismo.
  • Conducta no verbal: Expresión tranquila y amable, postura abierta y relajada, orientado hacia el otro, asiente e indica interés por lo que le contamos, contacto ocular directo, habla fluida, gestos tranquilos y pausados.
  • Conducta verbal: Voz firme, segura, sin titubeos, mensajes en 1ª persona (yo opino…, yo pienso…, yo siento…), respeta la opinión de los demás (¿qué piensas de…?,¿qué te parece si…?). Nos está diciendo “somos iguales, pero esto es lo que yo pienso, respeto tu opinión, pero yo veo así la situación,…”.

Los padres deberán practicar su asertividad y enseñar al adolescente a desarrollar y practicar la suya, ya que la asertividad conlleva beneficios en la comunicación familiar:

  • Nos ayuda a prevenir conflictos en la convivencia diaria, ya que potencia la autoestima, la seguridad y confianza en nosotros mismos, procurándonos un buen funcionamiento en relación con los demás.
  • Previene la agresividad y el autoritarismo como único modelo de resolución de conflictos, desarrolla el respeto y la capacidad personal para enfrentarse a los momentos difíciles en nuestra relación con los demás.
  • Nos ayuda a enfrentarnos a situaciones conflictivas o problemáticas como expresar disconformidad con el hijo, hacerle una crítica para corregir una conducta inadecuada o decirle que no a algo.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN POSITIVA: MANUAL DEL ABRIDOR DE OSTRAS

Existe una serie de conductas verbales y no verbales que resultan facilitadoras de la comunicación y otras que funcionan como obstáculos en la misma, que harán que la persona se cierre a lo que le estamos diciendo o, incluso, que se desencadene una discusión.

“Cierraostras”: obstáculos en la comunicación

  1. Objetivos contradictorios.
  2. El lugar elegido: en público, delante de los amigos,…
  3. El momento elegido: intentar hablar con el adolescente en un momento de rabia, estrés,…en un estado emocional que le impide atender, comprender y recordar lo que le estamos diciendo.
  4. Las acusaciones, las amenazas y las exigencias: los “mensajes tú” (tú has provocado esto, (tú) te vas a enterar de lo que es bueno, (tú) tienes que hacer esto,…).
  5. Las preguntas de reproche.
  6. La ironía.
  7. Los “deberías” (deberías aprender de tu hermano, deberías escuchar antes de hablar,…).
  8. Las etiquetas (eres un vago, eres un manazas,…).
  9. Las generalizaciones (siempre estás haciendo de rabiar a tu hermano, nunca obedeces, no se puede hablar contigo,…).
  10. Las continuas referencias a situaciones pasadas (ya estás igual que hace un mes…, la otra vez hiciste lo mismo…).
  11. Juzgar y hacer “diagnósticos de personalidad” (por culpa de ese carácter que tienes te pasa esto, con esa actitud no tendrás amigos, así no llegarás a ninguna parte…).
  12. Dar consejos no pedidos, tomar sus decisiones.
  13. Adivinar lo que el otro va a decir: “Ya sé lo que me vas a decir, no te molestes,…”.
  14. Hablar “en chino”, con términos que la otra persona no entiende.
  15. No concretar, hablar de manera abstracta, general o superficial.
  16. Justificar excesivamente las propias posiciones (“no estás siendo justo, no me estás escuchando, yo hice eso porque…”).
  17. Las afirmaciones radicales, del tipo todo o nada, blanco o negro.
  18. Responder a una queja con otra, sin intentar solucionar la situación.
  19. Los mensajes inconsistentes con la conducta no verbal o con otro mensaje anterior.
  20. No admitir el punto de vista de la otra persona o no reconocer cuando lleva razón.
  21. No responder a todo lo que se nos pregunta o hacerlo con monosílabos.
  22. Los cortes de conversación, porque estoy más atento a lo que quiero decir que a escuchar al otro.
  23. Evitar determinados temas de conversación, desviar el tema.
  24. Permanecer pasivo en la conversación, sin opinar, preguntar o asentir.
  25. Ignorar lo que dice la otra persona, mostrar desinterés, NO ESCUCHAR.

Abreostras”: facilitadores de la comunicación

  1. El lugar y el momento adecuados. Clima seguro y relajado para que las dos partes se expresen.
  2. Estados emocionales facilitadores (las dos personas se encuentran calmadas para hablar).
  3. La escucha activa, escuchar con atención.
  4. Empatizar, ponernos en su lugar.
  5. Hacer preguntas abiertas: “¿qué tal te va?”, “¿cómo te sientes?”, “¿necesitas ayuda?”, “¿cómo puedo ayudarte?”, “¿quieres contarme algo…?”.
  6. Pedir la opinión (“¿Qué se te ocurre que podemos hacer?”, “me gustaría conocer tu opinión sobre esto”, “qué te parece si…”,…).
  7. Expresión de deseos, opiniones y sentimientos: los “mensajes yo” (“me gustaría…”, “no deseo que…”, “cuando haces eso me siento…”).
  8. Hablar claro. Describir los hechos concretos, evitando etiquetar y hacer juicios de intenciones. En lugar de “eres un vago”, “te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”. Diremos “me has dicho 10 veces que soy una mala madre” en lugar de “quieres acabar conmigo”.
  9. Sustituir el verbo ser por estar. Ej: en lugar de “eres un desordenado”, “tu habitación está desordenada”. De esta forma no atacamos la autoestima del niño, sino que le señalamos la conducta incorrecta.
  10. Mensajes consistentes.
  11. Aceptación o acuerdo parcial con una crítica, una objeción o un argumento.
  12. Utilizar el mismo código, adaptar mi lenguaje al del adolescente.
  13. Ser recompensante.
  14. Recordar RECIBIRLA TOTALIDAD DELMENSAJE.Aprender no sólo a percibir auditivamente, no sólo lo que dice, sino también cómo lo dice. Demostrar que entendemos no sólo lo que dice sino también lo que siente.

Veamos más detenidamente algunos de estos “abreostras”.

LA ESCUCHA ACTIVA

¿En qué consiste?

  • Dar a entender, con nuestro lenguaje verbal y no verbal, que estamos escuchando lo que nos dicen, haciendo sentirse mejor a la otra persona y fomentando que siga hablando. Le hará sentirse no sólo escuchado sino comprendido.

¿Cómo se pone en práctica?

Con gestos:

  • Postura corporal receptiva.
  • Mirando a los ojos.
  • Moviendo la cabeza con gestos de asentimiento.
  • Usando un tono y un volumen de voz suaves.
  • Dedicándole tiempo, sin prisa.

Con palabras:

  • Indicando que se está atendiendo a lo que dice la otra persona: “ya veo”, “ajá”, “entiendo”, “¡qué interesante!”, “¿en serio? ¿eso te pasó?”, “cuéntame más”, “¡no me digas!”…).
  • Parafraseando o utilizando expresiones de resumen: “Si no he entendido mal…”, “o sea, que lo que me estás diciendo es que…”.

Evitando:

  • Interrumpir al que habla.
  • Hacer otra actividad mientras el otro habla.
  • Minimizar sus sentimientos o sus problemas: “Venga, que esto no es nada…”. Una respuesta común es «ojalá mis problemas fueran así de pequeños«. Pero los padres deben saber que, para cada edad, los problemas tiene una significación distinta. Los problemas de nuestros hijos adolescentes son realmente muy importantes para ellos.
  • Ofrecer ayudas o soluciones prematuras.
  • Juzgar.
  • Contar nuestra historia.

“Escuchen más a sus hijos, hablen menos”.

ESCUCHAR LOS SENTIMIENTOS: LA EMPATÍA

¿En qué consiste?

  • Escuchar activamente los sentimientos y emociones de los demás tratando de meternos en su pellejo.
  • Empatizar no significa necesariamente dar la razón, sino más bien demostrar a la otra persona que comprendes sus sentimientos.

¿Cómo se pone en práctica?

  • Observando y escuchando lo que dice con el cuerpo, la cara, los gestos…
  • Con gestos: Manteniendo contacto visual y adoptando una expresión facial apropiada a los sentimientos que transmite el que habla.
  • Con palabras: “Entiendo que tendrás tus razones para sentirte así”, “parece que eso es muy importante para ti”, “comprendo que te haya afectado”, “yo en tu lugar me hubiera sentido igual”,”ya sé que no te gusta lo que hemos decidido tu padre y yo”…

“Quien no comprende una mirada de un niño, tampoco entenderá lo que le está contando”.

LOS “MENSAJES YO”

¿En qué consiste?

  • Son mensajes que, como su nombre indica, se envían en 1ª persona, se refieren a uno mismo.
  • Consiste en centrarse en nuestros sentimientos a la hora de hablar de un problema, sin juzgar al otro.
  • Al contrario que el “mensaje tú”, no recrimina o reprocha la conducta de los demás.

¿Cuándo ponerlo en práctica?

  • Nos facilitan la expresión de diferencias y desacuerdos. Es decir, nos van a ser útiles a la hora de resolver discusiones y conflictos familiares, ya que tienen menos posibilidades de provocar resistencia y rebeldía.

¿Cómo se pone en práctica?

  • Describir la situación o el comportamiento que me molesta o me crea problemas, sin juzgar al otro: “Cuando ayer hiciste…”, “Estando…”.
  • Expresar sentimientos: “Me siento…”.
  • Pedir un cambio, expresar deseos: “Quiero que...”.

Recordar no hacerlo de forma general: “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; en lugar de eso, diremos “quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”.

Ejemplo 1:

  • Inadecuado: “Pero bueno, ¿tú eres tonto o qué?, ¿qué quieres, que te castigue todo el mes o qué?, ¡haz el puñetero favor de hacer lo que te he dicho y venir en el autobús de las 9! ¡Hombre, por favor, el crío, que se ha creído! ¡Y no le pidas a tu padre venir más tarde porque ya lo hemos hablado! A ver si te crees que nos vas a tomar tú el pelo…”.
  • Adecuado: “Cuando me pides volver a las 10, y tú padre y yo ya te habíamos dicho que volvieras a las 9 (descripción sin evaluación), me disgusta, me sienta mal que vuelvas a insistir (expresión de sentimientos). Por favor, vuelve a la hora que te hemos dicho (expresión de deseos)”.

Si nos parece adecuado, podemos también anticipar ventajas de lo que pedimos (así mañana podemos levantarnos pronto e ir al pueblo…mañana tenemos mucho que hacer y tú tienes que estudiar…) o adelantar inconvenientes de no cumplir lo mandado (si vienes tarde, tu padre y yo te castigaremos sin salir el domingo…te dejaremos sin paga…).

Ejemplo 2:

  • Inadecuado: “No se qué pasa contigo, estamos a jueves y tú con el cuarto sin recoger, pasando de todo, ¿es que no te da la gana de hacerlo o qué? ¡Tenías que haberlo recogido ayer! ¿No ves que no se puede ir así por la vida?”.
  • Adecuado: “Cuando me dices que vas a recoger tu cuarto el miércoles y llega el jueves y no lo has hecho…yo, de verdad, me siento incómodo por tener que recordártelo…me molesta que no hayas cumplido tu obligación…por favor, cumple lo pactado y recoge hoy tu habitación”.

SER POSITIVO Y RECOMPENSANTE

¿En qué consiste?

  • Es la habilidad de motivar.
  • Es expresar reconocimiento, reforzar verbalmente, destacar conductas que nos agradan en el otro, lo que hará más probable que se repitan en el futuro.

¿Cómo se pone en práctica?

  • Utilizando expresiones positivas: “me gusta cómo has…”, “te felicito por…”, “¡jo, que bien…!”, “yo sabía que serías capaz de…”, “estoy muy orgulloso de ti por…”.
  • Debe ser oportuno para no caer en el halago fácil o el “colegueo”, utilizándolo en el momento apropiado.
  • Conviene no exagerar, tiene que ser sincero.

ACUERDO PARCIAL Y DISCO RAYADO

¿En qué consiste?

  • En escuchar y aceptar los deseos y sentimientos del otro, sin tener por ello que estar completamente de acuerdo con lo que dice.

¿Cuándo ponerlo en práctica?

  • Cuando se trata de responder a réplicas y objeciones a nuestras órdenes, opiniones o intentos de establecer acuerdos en determinados conflictos o problemas. Al responder al “¿por qué no?”.

¿Cómo se pone en práctica?

  • El acuerdo parcial: “Entiendo que te sientas así…”, “es posible…”, “no dudo que tengas razones para ello…”, “es verdad lo que dices…”.
  • La reafirmación de nuestra opinión, que se repetiría una y otra vez si hiciese falta: “pero a pesar de ello…”.

Ejemplo:

Madre: Cuando no recoges la mesa, tal y como me habías prometido, me desagrada, porque se incumplen los acuerdos y se altera la convivencia que estamos tratando de conseguir. Te pido, por favor, que cumplas con lo acordado este mes. (Petición mediante un mensaje yo)

Hija: Es que es un rollo. (Réplica, que la madre escucha)

Madre: Es posible que sea una pesadez (acuerdo parcial), pero te pido que cumplas lo acordado (disco rayado).

Conociendo estos cierraostras y abreostras, podemos conseguir un estilo de comunicación más eficaz y beneficioso para la relación familiar, es decir, aprender a hablar para hacerse comprender y aprender a escuchar para comprender al otro. Así conseguiremos mantener siempre abiertas las vías de comunicación con nuestros hijos adolescentes. Muchas veces, más de las que se cree, el único secreto para mejorar la relación con su hijo adolescente sería fomentando una buena comunicación.

CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNICACIÓN CON LOS ADOLESCENTES

A la hora de comunicarse con el hijo adolescente, siempre tener en cuenta…

  • No tome la forma de ser del adolescente como algo personal: muchas veces la actitud de los adolescentes puede ser desafiante o desconsiderada con los demás. En general, no tienen las habilidades sociales suficientemente desarrolladas para tratar con los demás de una forma adecuada, ni de su edad, ni mucho menos con personas mayores, y, en muchas ocasiones, su comportamiento puede ser hiriente.
  • Muchas veces tendremos que recurrir a nuestro AUTOCONTROL, tanto de nuestras reacciones físicas como de nuestros pensamientos y palabras. Si empieza a gritar, la capacidad receptiva de su adolescente bajará a cero.
  • Cuando le escuche, póngase a la altura de la visión del mundo que tiene el adolescente, no necesariamente de la verdad exacta de lo que ocurrió.
  • No podemos trasladar nuestras reglas y soluciones de adultos a los problemas de un adolescente. Debemos respetar su manera de hacer las cosas, en la medida de lo posible. Debemos dejar que aprendan de sus errores: que se equivoquen en sus decisiones, sufran obsesiones pasajeras, fracasos con las amistades o los amores…
  • Lo que funciona bien para que un hijo le cuente sus cosas, no siempre funciona con otro. Por ejemplo, su hija es muy abierta y habladora, pero su hijo es muy callado y reservado. Pero sabiendo que su hijo disfruta con la música o que le gusta mucho leer, se le puede acompañar con frecuencia a comprar discos o libros y aprovechar la ocasión para hablar, en un lugar cómodo para él, en el que interesarse por sus gustos, fomentando, de esta forma, que el hijo se abra a la comunicación son sus padres.
  • Cuando su adolescente comparta con usted alguna de sus preocupaciones, agradézcaselo, hágale saber que aprecia su esfuerzo: “gracias por contarme esto”, “sé que te habrá sido difícil hablar de esto”, “me alegra que hables conmigo cuando estás preocupado”.
  • No se trata de “programar charlas”, ellos no se comunicarán cuando usted se lo pida, sino más bien cuando ellos quieran. Se trata de estar disponible.

RECETAS PARA EDUCAR A UN ADOLESCENTE

Los tres ingredientes principales y básicos son empatía, sentido común y, sobre todo, mucho amor: ponerse siempre en el lugar de su hijo, llegar a sentir como siente él (empatía), tratar de ser lógico, no dejarse llevar por el dramatismo, ni por los demás, ser consecuente (sentido común), y, sobre todo, quererle, pero quererle sin condiciones (amor, puro y duro, el más difícil pero el mejor, el amor a los hijos).

Otros ingredientes:

Toneladas de:

  • Información: Informe a su adolescente y manténgase informado. La adolescencia es, a menudo, una época para experimentar y, a veces, esto incluye comportamientos arriesgados. No eluda los temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco; conversar con su hijo abiertamente sobre estos temas antes de que se vea expuesto a ellos aumenta las probabilidades de que su hijo actúe de forma responsable cuando llegue el momento.

Kilos de:

  • Respeto a su privacidad: Para algunos padres esto es algo muy difícil. Creen que todo lo que hacen sus hijos es asunto suyo. Pero cuando se trata de formar a un futuro adulto, tener algo de privacidad se convierte en un derecho de ese futuro adulto. Si existen señales de alerta que indican que puede haber problemas, usted se podría ver obligado a invadir la privacidad de su hijo hasta que llegue al fondo del problema, pero, de lo contrario, manténgase al margen.

Respete su espacio. El dormitorio de un adolescente y sus llamadas telefónicas, mensajes, e-mails,…deben ser algo privado y no hay necesidad de que compartan con sus padres todas sus ideas o actividades.

  • Supervisión pero sin tercer grado: Todos los niños, adolescentes o no, requieren supervisión de los padres y usted tiene derecho a saber dónde estará su hijo y qué hace. Pero no espere que le dé todos los detalles ni que lo invite a ir con él/ella. Establezca la costumbre de que explique con quién sale y dónde podríamos buscarle en caso de necesidad, que siempre lleve el móvil con la batería cargada y lo conteste siempre,…

Mucha cantidad de…

  • Escucha activa: Escuchar con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Cuando hable con él, concéntrese en lo que dice. Y, sobre todo, nunca diga “ahora no tengo tiempo”. Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para abordar temas que nos interesan a nosotros.

Una pizca de…

  • Establecer de antemano reglas apropiadas: Sepa ceder y ser flexible. Si su hora de llegada no es la que el quiere, trate de negociar. Si se porta bien, el aumentar la hora de llegada puede ser un premio. Tenemos que fijar normas y límites, pero a través del diálogo, para que nuestros hijos acepten y asuman compromisos.

Tenga también previstas las sanciones. Hay que prever sanciones para el caso de que rompa alguno de los compromisos o normas establecidas. Es inteligente tenerlas preparadas para que no sean fruto de la improvisación ni desproporcionadas.

  • Crítica + elogios: En primer lugar, la crítica y la corrección deben combinarse con el uso frecuente de elogios. Es decir, debe ser capaz de ver también lo que su hijo hace bien y decírselo. Por muy desastre que le parezca su hijo, seguro que tiene también valores positivos que debe esforzarse en reconocer. Además, es necesario corregir con mucho cariño. Por tanto, la crítica debe ser  serena y ponderada, sin precipitaciones y sin apasionamiento. Cuidadosa, sin ironía, sin sarcasmo, como se corrige a un amigo.

Otro poco de…

  • Tomarlos en serio, no tratarlos como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.
  • No sermonear… No aprovechar  cualquier  ocasión para soltarles “el mismo rollo”.
  • No hacer comparaciones. Es importante evitar, tanto cuando les hagamos propuestas como cuando los censuremos, ponernos a nosotros mismos como modelos («a tu edad yo…») o poner como ejemplo a otras personas («mira tu hermano como…», “deberías aprender de tu primo”). Es injusto, ofensivo y un camino seguro para conseguir su animadversión. En todo caso compárelo con él mismo («seguro que lo conseguirás, como cuando hiciste…»).

No se olvide de:

  • Libertad según responsabilidad: A mayor responsabilidad, mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de autonomía. Si le engaña o falta a sus compromisos, no le grite ni le riña. Explíquele con toda la calma de que sea capaz, que ha faltado a nuestra confianza, por lo cual tendrá menos autonomía hasta que demuestre que es digno de confianza.

La libertad y autonomía respecto al uso del tiempo libre, al uso del dinero, al horario de llegada a casa, o a la gestión de sus estudios hay que otorgarla en función de la responsabilidad demostrada. A mayor responsabilidad, mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de autonomía.

  • Explique siempre por qué. Siempre que pida a su hijo que haga algo, explique por qué se lo pide. No use expresiones como «porque lo digo yo«, “porque soy tu madre” o «porque sí«.
  • No dude siempre. Deje que se explique. Dar crédito a lo que dice salvo cuando tenga evidencia de lo contrario.

Espolvoree con…

  • El perdón cuando sea necesario. Usted puede perdonar y también pedir perdón, eso no le hace más pequeño ante sus ojos sino más grande. Pedirle perdón cuando nos equivoquemos o cuando, por falta de control personal, le gritamos o descalificamos.
  • Tiempo para él, para los dos. Él debe ser lo más importante. Compartan alguna actividad (acompañarle a partidos, o actividades extraescolares, ver la fórmula uno, escuchar música, ir de compras, etc…meterse un poco en su mundo…).
  • Comparta alguna preocupación personal con su hijo y pídale su opinión (temas al alcance de su nivel madurativo: problemas de trabajo, de salud…); puede facilitar la comunicación entre ambos.

Y el toque final para conseguir un buen resultado:

  • Asegurarle nuestra cercanía y afecto incondicional, independientemente de sus logros y comportamiento. El adolescente también necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. No dé por supuesto que su hijo lo sabe, se puede expresar también físicamente cuánto le quiere, con abrazos o besos, independientemente de la edad que tenga. Especialmente: Quiérale… dígaselo….y demuéstreselo…

Recuerde que eso es lo único importante para que su hijo sea una persona feliz…y recuerde que ese tiene que ser nuestro objetivo como padres…

¡¡¡ No lo olvide nunca!!!

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

  • Esos monstruos adolescentes. Manual de supervivencia para padres. César Landaeta. Editorial Alfa. 2008
  • Un adolescente en casa. Joan Carles Suris. Editorial: De Bolsillo. 2006
  • Un adolescente en mi vida: Manual práctico para la educación de los hijos. Diego Maciá. Editorial: Pirámide. 2000
  • 100 maravillosas formas de comprender a tu hijo adolescente. Trudy Simpson. Editorial: Troquel. 1998
  • http://www.guiajuvenil.com
  • http://www.isabelmenendez.com
 
Fuente:

39 comentarios en “CÓMO COMUNICARME CON MI HIJO ADOLESCENTE”

  1. He leído con atención toda la información y me parece muy importante, ya que soy padre de familia y tengo en este momento un hijo adolescente, y buscaba alguna información adicional para reforzar y enriquecer mi educación para entender y orientar a mi hijo de 15 años.

    1. Estimado Héctor, sabemos que es muy importante como padres, que os informéis y conozcáis en profundidad las diferentes etapas evolutivas por las que pasan los hijos. En particular, la adolescencia es una época de incertidumbres, inseguridades y miedos, tanto para los padres como para los chavales. Mi recomendación es que leas algunos de los libros que citamos en la bibliografía, y personalmente hay un libro que yo utilizo mucho y me parece muy práctico para los padres o educadores: » Cómo hablar para los adolescentes le escuchen y cómo escuchar para que los adolescentes le hable». Autora: Adele Faber. Editorial Médici 2006. Un saludo.

    2. hola! mil gracias por compartir esta informacion me parece excelente ya que soy madre de familia, tengo un joven de 19 años. con esta informacion termino de enriquecer mis conocimientos para poder apoyar y entender mejor a mi hijo a si lograr juntos su éxito como persona, padre, profesional y ser humano.

  2. Me ha parecido interesante, mi hijo está llegando a esta estapa y aunque ahora es un niño encantador, cariñoso etc…sé que eso va a cambiar y espero el momento con algo de «angustia», he visto un libro en una librería que pensaba comprar que se titula «Adolescentes, manual de instrucciones» es de Fernando Alberca, le he echado un vistazo y me pareció que podía estar bien, ¿lo conoces?
    Gracias por estos artículos, nunca había entrado en el blog, pero está muy completo.

    1. Hola Covi, conozco el autor, no concretamente ese libro, pero Fernando Alberca suele publicar libros muy amenos y sobre todo, prácticos y útiles para los padres y educadores. Otros títulos muy recomendables y sencillos: «Socorro, tengo un hijo adolescente» de Jean y Robert Bayard, Colección Vivir Mejor. También «Un adolescente en casa» de Joan Carles Suris, Editorial Debolsillo. Y por último, uno de mis preferidos y utilizado en mi práctica profesional: «Cómo hablar para que los adolescentes le escuche, cómo escuchar para que los adolescentes les hable» de Adele Faber, Editorial Medici.
      Creo que como padres es nuestra obligación informarnos y formarnos sobre las distintas etapas evolutivas, sus características, cómo abordarlas,…..etc. Espero que continúes siguiendo nuestro blog, un saludo.

  3. GRACIAS NO SABE CUANTO ME AYUDA SU ARTICULO, TENGO UN HIJO DE 16 AÑOS Y TRATO POR TODOS LOS MEDIO DE ACERCARME A EL Y ME RECHAZA, NO MIENTO ESTOY BASTANTE PREOCUPADA EN CASA SOMOS EL Y YO Y DE VERDAD ESTOY MUY TRISTE NO ENCUENTRO LA FORMA, VOY A TRATAR DE APLICAR ALGUNAS DE LAS COSAS QUE USTED SUGIERE, DE TODAS FORMAS MUCHAS GRACIAS POR LA AYUDA.

  4. Creo que hoy en día prestamos demasiada atención a nuestros hijos,tengo 43 años y no recuerdo que mis padres estuvieran todo el día encima mía,hoy día si un niño es nervio o inquieto es que tiene TDA,si esta triste,es que tiene depresión,si no aprueba o no habla muy bien,al logopeda,si tiene un diente un poco torcido,le ponemos aparatos etc etc etc.
    Hemos llegado a un punto en esta vida que nos pensamos que tenemos que ser perfectos en todos los aspectos y eso no puede ser.Antiguamente cuando un niño era nervioso era por que era nervioso y se acabo,hoy te medican para eso,si no eras muy listo,pues no pasaba nada,en la vida tenemos que haber de todo,y si tenias un diente mal pues ya se te arreglara.
    Daros cuenta que contra mas información tenemos de todo este tema,mas mal educados salen nuestros hijos,peor contestan a sus padres y peor se portan.
    Dejemos que nuestros hijos crezcan,que se relacionen,que sufran,que se diviertan,que se caigan y se levanten solos,y de esta maneras haremos hombres y mujeres como los somos nosotros.Yo no quiero me examinen de padre,no vaya a ser que después te tener tanta información encima suspenda.Y si después de esforzarnos tanto por nuestros hijos,nos sale mal la cosa,no me queda mas que pensar en la lo que dice la biblia.

    También debes saber esto: que en los últimos días se presentarán tiempos difíciles.

    Porque habrá hombres amantes de sí mismos y del dinero. Serán vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos,

    sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,

    traidores, impetuosos, envanecidos y amantes de los placeres más que de Dios.

  5. Mi hijo me contesta no me obedece y cuando le hago ver las cosas que están mal no lo.acepta y siempre saca escuda de ese comportamiento (lo justifica) no se qué hacer no deja de discutir por más que yo le digo ( ya dije una cosa acepta ) no sigue y sigue tratando de convencerme de que lo que hizo fue por algo justificado y algo así porfavor no se qué hacer

  6. Le agradezco mucho el artículo. Me ha parecido muy interesante y útil. A mi hija le acaba de picar la bacteria de la adolescencia y está completamente infectada. Lo bueno es que pasará… Gracias de nuevo.

  7. Acabo de leer esto y me parecio muy importante no me habia dado cuenta que estoy siendo muy tosca al hablar y no se expresarme me dejo llevar por la colera y siempre que mi hijo no me ayuda reniego y lo apuro y le digo lento y vago todo lo que dice aqwui lo voy a poner en practica . espero que me den otros consejos,necesito un poco de ayuda talvez por el traabajo no puedo visitar un psicologo

  8. Tras haber leido este articulo, siento un alivio y veo q no todo esta perdido con mi hijo de 15 años, que hasta ahora muestra una conducta mas desmarcada de la q yo recuerdo cuando tenia su edad por lo cual me siento muy defraudado y/o fracasado e impotente. Las ilustraciones y sugerencias las tomare muy en cuenta de aqui en adelante y espero compartir los resultados con Ud. Es mi primer hijo.

  9. yo tengo 4 hijos el de 30 años que los cumple el miercoles , no tenemos mucho contacto vive en el fondo de mi casa , yo creo que no asumio que yo haya vuelto a rehacer mi vida , me separe del padre cuando el tenia 7 años y su hermana de 27 tenia 4 ,el padre nos abandono cuando ellos tenian esa edad , y yo asumi todo sola nunca me paso un peso , yo me fui a trabajar para poderles dar todo lo que pude darles , a los 5 años conoci a mi actual pareja que tuve 2 hijos mas ahora , el varon tiene 15 y la nena 13 años , pero estaba todo biemn hasta que nacieron mis otros hijos . mi esposo siempre los quiso me acepto con 2 hijos el es soltero , hace 20 años que estamos conviviendo y nos llevamos rebien , con su hermana de 27 si nos llevamos rebien ella esta conmigo en las buena sy malas este no , nunca me supo valorar como madre a los 13 años se fue a vivir con el padre , no le gustaba que le diga nada jamas me pude meter en su vida o sea darle consejos nunca me quiso escuchar , tube 6 operaciones . y en la ultima operacion fue que me dono sangre y le descubrieron que tenia leucemia , me dijo que ,no servia n sus huesos su sangre , y su experma para tener mas hijos , tiene un nene de 11 años abandonado y una nena de 3 con su actual muje r. y ahora esta embarazada denuevo ella como se entiende esto . ,siempre me entero x 3 ros las cosa no x el . me jusgan injustamente , la verdad no entiendo nada a veces me dejan ver la nena a veses no

  10. Gracias por esta información, los padres somos los primeros que debemos educarnos y ponerlo en practica con nuestros hijos, gracias…………………

    1. Muchas gracias por tan importante información estoy satisfecha y aprendí cosas ke no sabía y me dicen ke hacer tengo un hijo de 16 años y esta guía me es útil y pondré en práctica muchos consejos allí enlistados.

  11. en mi caso no se que hacer, para mi hijo soy lo peor. ya no quire estudiar y no quire salir de su cuarto y solo habla cosas muy feas

  12. Bueno creo que no somos los unicos padres que pasamos por esta situacion, y si es realmente desesperante que ,los adolescentes se comporten tan mal.

  13. Gracias por los consejos,yo como mama me culpo por ser muy regañona,y le digo cosas muy feas ,es mi unico hijo de 13 años,voy a preocuparme mas por hacer de el un adolescente feliz,muchas gracias!!!!

  14. e leido esta pagina y m parecio de mucha importancia ya que se trata de la adolesencia temgo tres adolesente y son totalmente distinto uno con caracter mas fuerte que el otro estoy pasando por una situaciones Q al ler esta pagina medoy cuenta que no es tan grave cm lo pense ultima mente la joven de 13 años esta desganada en los estudios abajo las notas un 70 ultima mente esta peliando en el liceo pero bueno me refugio en saber que hay una solucion es que temgo doble trabajo mis hijos y mi esposo que es muy autoritario un poco confuso y aun creeo que fuerte yo co maddre de 3 hijos creeo que debemos de llevarnos bien con todos con forme asu metabolismo pero pienso y siento que mi esposo es un poco mas brusco y autoritario con la niña de 13 y pienso que ese puede ser el problema me gustaria su ayuda cm resolver pienso que me toca mas fuerte con mi esposo que con los muchachos no se que me refiere pero me encuetro en una situacion un poco agotada pienso y analiso este tema de suma importante y creeeo que somos nosotros cm padres que fallamos no debemos de ser ni muy autoritario ni muy dejado

  15. Muchas gracias yo necesitaba estos puntos, porque al igual que todos nos hacia falta un poco de ayuda cuando uno tiene un hijo adolescentes y si voy a seguir investigando más otra ves gargias

  16. Muchas gracias por esta guía. Tengo un hijo adolescente de 14 años, quien actualmente está entrando en la etapa de rebeldía y «cero sentimientos». Esto nos confunde a mi esposa y a mi, principalmente porque sus cambios de humor son muy drásticos, y aunque nunca ha sido un niño que demuestre muchos sus sentimientos, en este momento se está pasando al extremo total, al grado de llegar a decir que no sabe si quiere o no a sus padres. Como comprenderán, esto ha afectado mucho a mi esposa, quien se siente agobiada por el «desamor» de nuestro hijo. Ahorita empiezo a comprender estas situaciones y veo que son hasta cierto punto «normales». Trataremos de poner en práctica los consejos aquí leidos, por el bienestar de mi hijo. Saludos.

  17. Tengo dos mellizos una niña que es un amor y un varón ambos con 15 .esta informacion sera de mucha ayuda para solucionar los problemas con el hijo varon que esta insoportable al punto de sentir nauseas .

  18. Este articulo es una bendición muy grande, de verdad doctora muchas gracias por los consejos, son muy útiles y describen exactamente lo que ocurre con un adolescente, y es aun mas valiosa toda esta información cuando somos madres o padres solteros, puesto que aunque queramos ser buenos padres no solo basta con la intención sino con una buena guía, un acompañamiento idóneo, y ya que no existe un manual para educar a nuestros hijos que bueno que existan angelitos como usted para ofrecernos su ayuda, gracias nuevamente y bendiciones para usted.

  19. Mi hija tiene 18 años y esta todo el día de malgenio y no quiere obedecer se ha vuelto agresiva con su hermano menor de 14 años y es grocera al contestar me esta desesperando y no se que hacer
    Leí su articulo ye parece interesante tratare de seguir los consejos muchas gracias

  20. Holaa yo tengo dos hijas una de 1añito y otra de 13 la mayor es la q me ayuda con ella .pero este verano la e notado q a cambiado mucho . Me contesta mucho, me habla mal …y e notado q a cambiado de amistades y me da miedo q mi hija esté haciendo algo malo .porq no es la misma q debería de hacer? ?

  21. Hola, tengo una hija de 16 años y ya llevamos un par de años que la situación y la convivencia es muy muy compliacada en casa. La rebeldía que tiene en este momento es hasta el punto que se niega a seguir estudiando y de asistir a clase ( lo ha decidido con el curso empezado y unilateralmente) y no hay forma de que entienda la importancia que tiene estudiar y formarse. Tampoco por supuesto trabajar en nada. Me exige todas sus necesidades, amenaza cada dos por tres con emanciparse, incluso se ha marchado de casa en dos ocasiones. Su comportamiento en casa es chulesco, desafiante y a su hermano de 13 años lo lleva por la calle de la amargura. Hemos ido a psicólogos y no ha surgido ningún efecto pues ella no quiere escuchar y ahora ni tan siquiera ir, no acepta consejos de nadie. Así que me encuentro bastante desmotivada, perdida, atrapada y desorientada. Leer estos articulos ayudan, pero en el día a dia te encuentras en situaciones que no sabes como abordar y cuando lo haces, a veces no son la forma correcta y controlada que quisieras. Tengo la esperanza que todo se calme algún día. Gracias por las recomendaciones que nos das ya que pueden servirnos de ayuda en muchas situaciones.
    Un saludo.

  22. preciso en este momento estaba tan enfadada con mi hija de casi 15 años, por su comportamiento en el colegio, que solo quería castigarle de por vida,
    De verdad muchas gracias, por que la IGNORANCIA ES ATREVIDA, Dios quiera este tutorial sea leído, puesto en marchas personas. porque hay muchos erres que como padres cometemos, y somos nosotros mismos quienes tiramos a nuestros hijos al fracaso. MUCHAS GRACIAS.

  23. Muy interesante la información como padres de adolescentes necesitamos instruirnos estoy interesada en recibir más consejos

  24. Excelente articulo para padres de adolescentes no se nos enseña a ser padres ni menos a como actuar con adolecentes que es una etapa complicada,estaba totalmente equivocada con mi actitud hacia mi hija y este articulo a sido una buena herramienta para enfrentarme a diario con ella.
    Muchisimas gracias

  25. Gracias por ese artículo lo leí completo es como si describieran mi hijo de 18 años. Aprendí mucho y lo voy aplicar a mi vida diaria por k a la verdad ya no se k hacer ni pensar.
    Me siento frustrada pensaba k había hecho buen trabajo como madre. Pero ya veo k no. Gracias por la ayuda.

  26. Muchímas gracias por este artículo tan explicativo que me ayudó mucho para entender mejor varias de las situaciones que vivimos a diario con mi hija de casi 16 años. Por lo que entendí creo que voy a tener que hacerme de mucha paciencia (a veces me falta) y hacer unos cuántos cambios de mi parte para poder lograr así una buena comunicación con mi hija.

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